Hay días que dejan un gusto agradable, y este es uno de esos, en realidad fue mas que eso mas bien un gran día, culminamos la actividad llamada escuela para jóvenes neurólogos en Buenos Aires, que organiza la sección panamericana de la sociedad de movimientos anormales, una actividad muy exitosa saca lo mejor de todos. Un grupo de jóvenes neurólogos altamente motivados y muy estudiosos junto a un grupo de neurólogos especialistas en movimientos anormales intercambiaron conocimientos en un dialogo fluido donde la experiencia se entrego desinteresadamente a estos ávidos colegas, que nos mostraron situaciones clínicas muy interesantes y tensionaron nuestros conocimientos, a mi entender un ejercicio académico excitante, ágil, desafiante y motivador. La multicultural, con sus diferentes lengua se hicieron presente en un intercambio fluido castellano, portugués e ingles se mezclaron libremente en una respetuosaintegración.
Presente pasado y futuro al unisono se coordinaron para construir un momento delicioso. Ya en camino de vuelta llegando al aeropuerto pude apreciar y captura la maleficencia del despegar de un avión, impactante, mientras atesoro las caras de esos colegas que comienzan desplegar sus alas para emprender el vuelo independiente, creo interpretar a mis colegas diciendo que nos sentimos afortunados que reciban nuestros conocimientos y nos permitan miras sus despegues.
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