Los muros están colmados de imágenes que evocan mi infancia, mis seres amados, momentos de magia que constituyen mi historia. Recorro la casa, de tanta simpleza, donde los colores impensados se combinan bajo la mente infinita de mi abuelo y el olor a mi comida favorita emana de las manos de la lela. Estoy en un castillo, porque en esta casa, de madera, construida por los hombres que han sido parte de esta familia, incluido mi padre que está ausente pero resuena en algunos rincones, yo soy una princesa tan amada, tan respetada, que no hay mejor lugar para mi alma cuando tiene dolor.
Me siento, los escucho, hablo. Y le encuentro sentido a cada uno de mis pasos. Mis movimientos, mis pensamientos, mis pasiones y temores están en este origen, en la herencia de la sangre y las costumbres, en los ritos y la educación. Mis abuelos me diseñaron y moldearon para ser lo que soy.
Los miro, y deseo abrazarlos con fuerza para que mi piel logre expresar cuanto los amo por haber estado, por estar. Los abrazo y temo que esta sensación plasmada en el cuerpo mañana sea un tormento frente a su partida, frente al no tenerlos.
Me recuesto y la cama tiene olor a recuerdos. La humedad de la cama que espera a los nietos para que llenen los rincones con sus juegos y sueños. Recuerdo. Mi abuelo clavando en la muralla de la casa una estrella de mar, mi primer gran tesoro en la mas temprana infancia…nada le importó, ni la cara atónita de sus hijos por el daño al hogar, ni el olor que pronto ese adorno mural iba a entregar….porque era el regalo de su nieta, de la princesa, a la que hoy escucha atentamente a pesar de su sordera, en la que se encuentra reflejado en la lucha por los derechos de los excluidos, a la que le hizo su primer disfraz de flor…
Y mi lela amada, que me miro en sus ojos y no me odio tanto por lo que soy…porque se que me ama, lo siento tanto en mi corazón...ella me sana sin siquiera levantar la voz…su sola presencia es la comprensión de mi misión, es el sentido de lo que soy.
Hoy visité mi castillo amado, en un encuentro tan breve, tan fugaz pero suficiente para sostener mi cuerpo adolorido de algunas injusticias que no comprendo, pero que mis abuelos simplifican con su adorar, con su entrega, con recordarme que son una bendición…y que están conmigo y siempre lo estarán.
27 de febrero 2008
Dani
Me siento, los escucho, hablo. Y le encuentro sentido a cada uno de mis pasos. Mis movimientos, mis pensamientos, mis pasiones y temores están en este origen, en la herencia de la sangre y las costumbres, en los ritos y la educación. Mis abuelos me diseñaron y moldearon para ser lo que soy.
Los miro, y deseo abrazarlos con fuerza para que mi piel logre expresar cuanto los amo por haber estado, por estar. Los abrazo y temo que esta sensación plasmada en el cuerpo mañana sea un tormento frente a su partida, frente al no tenerlos.
Me recuesto y la cama tiene olor a recuerdos. La humedad de la cama que espera a los nietos para que llenen los rincones con sus juegos y sueños. Recuerdo. Mi abuelo clavando en la muralla de la casa una estrella de mar, mi primer gran tesoro en la mas temprana infancia…nada le importó, ni la cara atónita de sus hijos por el daño al hogar, ni el olor que pronto ese adorno mural iba a entregar….porque era el regalo de su nieta, de la princesa, a la que hoy escucha atentamente a pesar de su sordera, en la que se encuentra reflejado en la lucha por los derechos de los excluidos, a la que le hizo su primer disfraz de flor…
Y mi lela amada, que me miro en sus ojos y no me odio tanto por lo que soy…porque se que me ama, lo siento tanto en mi corazón...ella me sana sin siquiera levantar la voz…su sola presencia es la comprensión de mi misión, es el sentido de lo que soy.
Hoy visité mi castillo amado, en un encuentro tan breve, tan fugaz pero suficiente para sostener mi cuerpo adolorido de algunas injusticias que no comprendo, pero que mis abuelos simplifican con su adorar, con su entrega, con recordarme que son una bendición…y que están conmigo y siempre lo estarán.
27 de febrero 2008
Dani
No hay comentarios:
Publicar un comentario