domingo, 18 de noviembre de 2012

El funeral


Cada palabra que pronunció olvida su sentido, al caminar entre las lágrimas de María, son sus sollozos  los que perdiéndose en el viento que sopla sobre el prado, galopa entre nuestras cabelleras que flotan.
La mujer que pierde el alma, es llevada por el torrente que la arrastra, empujándola como tronco caído, por el río desolado de los que caminan sin destino. Camina entre espíritus que mueren, como notas que se desvanecen en el vacío del dolor, de la tristeza, siendo la tinta que mancha el papel para dibujar la nota, la que nos recuerda su tono único que no volverá y se torna en un recuerdo doloroso,  para por un instante disipar la bruma, deteniendo el tiempo que no ha de volver.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Mitos: “un pensamiento colectivo que construye historia”.



Desde la cosmovisión de los pueblos originarios encontramos historias colectivas llenas de fantasías y cargadas de saberes propios, esa cultura viva como un cuerpo mutante va evolucionando, construyéndose a cada momento, con el grito colectivo e inconsciente, que norma, que construye, que transmite la interpretación de la realidad profunda de esa sociedad.
Este pensamiento plasmado en los mitos es magia sobrenatural que supera lo cotidiano, dejando caer desde la altura los valores, las virtudes trascendentales de los pueblos. La modernidad arranca de este pensamiento a los dioses y sus poderes, degradando su autoridad despojándolos de su credibilidad, congelándolos en libros con letras muertas, que esperan ser encontrados por eruditos que escudriñan en el pensamiento colectivo de nuestros ancestros en búsqueda de verdades ocultas.
Forjamos nuestros mitos en pantallas de computadores que esculpen en los campos magnéticos de nuestros discos almacenando ecuaciones, palabras grandilocuentes que desplazan los rayos de Júpiter o las cabezas de medusa, por una naturaleza de nuevos dioses y semidioses que llegan para dominar nuestras vidas,  con nuevas trilogías sacrosanta que emergen para llenar estos  tiempos y tejer  los nuevos mitos.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Prosa para el ocaso


“a” no es igual “a” sólo es  similar en algunos aspectos
El ocaso cubrió de colores el firmamento, dibujando una foto, que la cámara de aquel hombre con sombrero, intentaba arrebatarle sus colores, plasmándolos en el papel con tono sepias o quizás grises. Mientras avanza una nube al ras del suelo, intentando atrapar los pantalones de quienes miran embobados aquel atardecer,  efecto de un mago barato, que confunde nuestros sentidos y se adueña de nuestras emociones, conduciéndonos de la mano por medio de  nuestros pensamientos que se apoderan de lo vivido intentando congelarlo, en la pantalla de nuestra retina que despoja un pedazo de la acción, para llenarla de emociones que sólo tienen que ver con lo que nosotros queremos sentir o podemos sentir.