La crisis del sistema representativo, paulatinamente en estos últimos años de democracia fueron apagando la esperanza, de que nombrando representantes para que nos gobernaran, estos fueran construyendo nuestras utopías, lejos de esto, nos comenzamos a sentir traicionados, creándose una brecha entre las instituciones del estado y el sentir o el que hacer del ciudadano. Ese estado ajeno, lejano parecía procuparse mas de cuidarse a si mismo, que estar al servicio, de cuidar al mas grande que proteger al pequeño.
Los estudiantes dieron un primer paso, en un camino sin retorno, gritaron un "basta", no queremos mas negociaciones circulares, no queremos una clase de representantes políticos que solo cuiden sus intereses. ¿Que queremos?, no es muy difícil, participar en las decisiones, poder modificar las leyes, construir nuestra propia sociedad.