domingo, 29 de mayo de 2011

La identidad de la noche

Paso la noche, despertamos, soñamos, identidad difícil, quizás solo una noche que amanece o un amanecer que oscurece, todos caminamos con túnicas blanca en procesión serena al agua purificadora, el silencio se llena de palabras, sin sentido, sus vapores empañaban los vidrios que nos protegen condensándose en pequeñas gotas que escurren luego de atrapar el gélido del viento de la mañana. Sus colores cambian sin preguntarnos, celeste del agua condesada en la piscina, se llevo el blanco de nuestras palabras y el borde del agua quieta se confunde con el piso blanco, en que se refleja el sol del amanecer que oscurece en la identidad de la noche.

domingo, 22 de mayo de 2011

Un sin sentido

Miles de vueltas daba, antes de salir camino al gimnasio, la pereza enlentece mis pasos y tedio del “tener que”, me embarga.

El automóvil avanza por la calle arbolada, en el horizonte una franja amarilla intensa, salida de un comics, se dibujada en el cielo gris de aquella tarde, desafiando lo creíble.

Miro nuevamente al frente intentando borrar lo inverosímil con las imágenes de aquellos arboles que con sus ramas rosaban el techo del automóvil en su rápidos pasos.

Al levantar la vista todo ha vuelto a la normalidad y las nubes grises llenan el horizonte, la duda me inunda “la visión es traicionera llenándonos de ilusiones, objetos, colores… que van y vienen terminan acumulándose en nuestra memoria.

Pero esa línea amarilla, bien definida, como una cinta gigante que llenaba el espacio, parece la intromisión de algo venido de otra dimensión, que se nos deja ver por un instante, en el momento que se cruzaron sus tiempos , ¿podremos reconocerlos o una vez más lo dejaremos escapar, borrándolo de nuestra conciencia?.

El trazo oscuro de la tinta que escribe estas letras, llenando el blanco papel con trazos abandonados para que otro encuentre su sentido, son dibujados a la luz del sol que proyecta la sombra perfecta de la pluma hermosa, ágil ruidosa pero sin sentido, como aquella intromisión amarilla en el horizonte, que arremolinan nuestros pensamientos, llenos de sensaciones que intentamos darles orden, estructurando un sin sentido que nos llene la vida.